COMPARTIR INFRAESTRUCTURAS PARA SER MÁS EFICIENTES

El encuentro, realizado en colaboración con el Ministerio de Ciencia, se realizó en el Pabellón del Perú construido para la Exposición Iberoamericana de 1929. Este edificio representa la riqueza de su cultura y actualmente es la Casa de la Ciencia. Tal como afirmó el presidente de Hispasat, Jordi Hereu, “pasado y futuro unidos en este lugar, como un símbolo de las nuevas fronteras que podemos descubrir juntos”.

El Museo de la Ciencia fue el encargado de hacernos recordar cómo la promoción de la ciencia y el intercambio cultural han sido los pilares de las relaciones a ambos lados del Atlántico.

Así se convirtió en una velada llena de símbolos, como afirmó Jordi Hereu. La visita al Planetario nos mostró los nuevos mundos que están por descubrir. La comprensión del cosmos ha sido un reto para la humanidad desde la antigüedad, como indica la denominación de las constelaciones, que han servido de guía a los navegantes durante generaciones, con la estrella polar para el Norte y la cruz del sur para el Sur del mundo.

Además, la exposición que exhibe el Museo de la Ciencia sobre la Antártida nos sirvió de referencia de las alianzas a las que puede llegar la humanidad para preservar un futuro común. Así ha sido posible en un territorio que es patrimonio de la humanidad. Por este motivo, muchos expertos consideran que debe ser el espejo en que debe mirarse el espacio para resolver las que deberán ser sus reglas de juego y para establecer así los equilibrios que aún faltan por determinar.

El Presidente de Hispasat explicó que la industria aeroespacial se encuentra en un momento parecido al que vivió la industria de las telecomunicaciones hace veinte años. Las operadoras y fabricantes para evitar grandes inversiones y lograr una mayor eficacia decidieron compartir infraestructuras. Siguiendo esta experiencia, no hace falta que cada país lance su propio satélite, dado que en se pueden embarcar en ellos misiones perfectamente diferencias de distintos países.

Por este motivo, las delegaciones de los países iberoamericanos y europeos exploran las posibilidades participar conjuntamente en proyectos para descubrir las posibilidades que proporciona el espacio en la transmisión de datos.

Jordi Hereu insistió en que la inversión en infraestructuras de telecomunicaciones es una de las principales palancas para lograr un aumento de productividad en la economía de Latinoamérica y asegurar su transformación digital.

Tal como explicó Jordi Hereu, la conexión a internet vía satélite proporciona victorias tempranas, porque la infraestructura ya existe, está funcionando y facilita la conectividad en lugares remotos de forma universal e inmediata. “Con la conectividad vía satélite se puede conseguir que en toda Iberoamérica, independientemente de donde vivan, todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de desarrollo personal, de educación y de acceso a la sanidad”.

Añadió que “el acceso a internet es tan importante hoy en día como motor de desarrollo social como lo fue hace algo más de 50 años la electricidad. La pandemia nos ha permitido tomar conciencia de este cambio tecnológico y nos ha hecho visualizar con enorme crudeza su importancia.”

En este sentido explicó que Europa ha implementado en España un proyecto pionero, el Programa Único Demanda Rural, que llamamos comercialmente “Conéctate35”. Con fondos europeos Next Generation se financia al usuario final el acceso a internet con el fin de cerrar la brecha digital. Para facilitar la implementación del programa la instalación de la antena y del router está financiada, así como parte del coste mensual a la conexión y todas las subvenciones las gestiona el instalador.

Un programa que, según dijo, podría ser un referente para Latinoamérica. De hecho, añadió, la conexión a internet es el primer escalón de la escalera para acceder a la revolución industrial digital. Hasta el punto de que la ausencia de conectividad se ha convertido en una barrera infranqueable para incorporarse a la economía digital que es ya una realidad.