¿Qué se necesita para poner en órbita un satélite?

Poner en órbita un satélite es toda una hazaña tecnológica que requiere una planificación meticulosa, recursos financieros significativos y la colaboración de equipos altamente especializados. Este proceso, que podría parecer sencillo desde la perspectiva de un observador en la Tierra, involucra varios pasos y tecnologías avanzadas.

¿Qué se necesita para poner en órbita un satélite?

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20 agosto 2024

Los satélites pueden tener diferentes propósitos, como la observación de la Tierra, telecomunicaciones, navegación o investigaciones científicas. Antes de lanzar un satélite, es necesario diseñarlo y construirlo según los objetivos específicos de demandados por los diferentes clientes misión. El diseño debe tener en cuenta:

  • Peso y tamaño: Los satélites deben ser lo suficientemente ligeros para ser transportados por el cohete, pero también lo suficientemente robustos para resistir las condiciones extremas del espacio. La masa de lanzamiento es un factor que incide de manera decisiva en el coste de la puesta en órbita del satélite, por lo que será preciso optimizar al máximo este parámetro para que el proyecto satelital sea rentable.
  • Sistemas de energía: La mayoría de los satélites dependen de paneles solares para generar electricidad. Además, cuentan con un sistema de propulsión para realizar las diferentes maniobras de corrección de órbita.
  • Tecnología de comunicación: Para transmitir datos a la Tierra, los satélites necesitan sistemas de comunicación eficientes y fiables. Además, cuentan con sistemas de telecontrol y telemetría que se monitorizan desde los centros de control satelital para garantizar su correcto funcionamiento.
  • Protección térmica: Dado que las temperaturas pueden oscilar entre los 120ºC  de la cara del satélite orientada al Sol y los -150ºC de la que está en sombra, es crucial diseñar el satélite con sistemas de control térmico que mantengan sus componentes a una temperatura adecuada.

Este proceso finaliza con una serie de pruebas enormemente minuciosas, que simulan las extremas condiciones a las que se someterá el satélite en el espacio a lo largo de los más de 15 años de su vida útil.

Selección del vehículo de lanzamiento

Una vez que el satélite está diseñado y construido, se traslada a la base de lanzamiento. Los vehículos lanzadores son cohetes especialmente diseñados para transportar uno o varios carga satélites a una órbita específica y liberarlo en la ubicación adecuada.

Elección de la Órbita

La elección de la órbita es un factor crucial que depende del propósito del satélite:

  • Órbita terrestre baja (LEO): ubicada entre 200 y 2.000 km sobre la superficie terrestre, la órbita baja se utiliza, entre otras aplicaciones, para la observación de la Tierra y las telecomunicaciones.
  • Orbita media (MEO): entre 2.000 y 35.785 km, se utiliza también para satélites de comunicaciones y de navegación.
  • Órbita geoestacionaria (GEO): Utilizada por satélites de telecomunicaciones como los de Hispasat, mantienen una huella de cobertura fija sobre la Tierra, a 35.786 km de altura.
  • Órbitas polares: Permiten la cobertura global al pasar sobre los polos, útiles para la observación y el monitoreo climático.

Preparativos pre-lanzamiento

Antes del lanzamiento se realizan múltiples pruebas para asegurarse de que todo esté en orden:

  • Integración del satélite con el cohete: El satélite se coloca en la parte superior del cohete y se realizan pruebas de compatibilidad.
  • Simulaciones y pruebas: Se ejecutan simulaciones de vuelo y pruebas en tierra para identificar y corregir cualquier posible fallo.
  • Seguridad del recinto: El sitio de lanzamiento debe estar preparado, asegurándose de que todas las personas y equipos estén a salvo.

El lanzamiento

El lanzamiento es uno de los momentos más críticos de toda la misión. Implica el encendido de los motores del cohete y su ascenso a través de la atmósfera para que el satélite comience su camino ante su posición orbital. Durante este proceso, se debe monitorear cuidadosamente la trayectoria y el estado del cohete.

Despliegue y entrada en servicio

Una vez que se produce la separación del cohete y el satélite, éste desplegará sus paneles solares, enviará las primeras señales de telemetría y encenderá el motor de apogeo, mediante el cual alcanzará -en un trayecto que puede extenderse varios meses- una órbita provisional, donde vuelve a someterse a nuevas pruebas. Tras superarlas se desplazará a su posición definitiva y comenzará a prestar servicios. Desde la Tierra, se controla y monitoriza su estado, realizando ajustes periódicos en su órbita y en sus sistemas si es necesario.

Nuestra experiencia

Actualmente, nuestra compañía cuenta con 10 satélites en órbita, diseñados para prestar servicios de conectividad en todo el continente americano, el océano Atlántico, Europa y el norte de África. Gracias a ellos llevamos soluciones de banda ancha a las zonas más remotas del planeta, o incluso a aviones y embarcaciones en alta mar. Además, mediante nuestra filial Hisdesat, ofrecemos servicios gubernamentales y de Defensa por medio de otros tres satélites.

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