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15 noviembre 2024
Los satélites geoestacionarios son aquellos que realizan órbitas sobre la línea Ecuador terrestre a la velocidad que lo hace la Tierra.
Estos satélites cumplen con diferentes estándares básicos, por ejemplo: estar una altura de 36.000 kilómetros, ya que allí se equilibra la fuerza de atracción terrestre como la centrífuga. Además, deben rotar sincronizados con el mismo movimiento que realiza la Tierra, por esta razón es que la distancia a la que se encuentra es muy importante, sino podría ir adelantado o atrasado.
Las soluciones que nos ofrecen las vemos en la vida cotidiana, pero también son indispensables para la gran mayoría de empresas alrededor del mundo. Gracias a las antenas satelitales podemos comunicarnos desde diferentes lugares de la Tierra.
El primer satélite geoestacionario fue el Syncom 3, el cual fue lanzado desde el Campo Kennedy en 1964. El lanzamiento de este satélite experimental permitió probar comunicaciones y cubrió los Juegos Olímpicos de 1964 en Tokio para la televisión en vivo. Originalmente, durante 1961, era un programa exclusivo de de la NASA y se convirtió en el primer satélite de comunicaciones geosíncrono y geoestacionario del mundo.
Si un satélite viaja a altas velocidades su fuerza centrífuga puede superar la gravedad de la Tierra y puede salirse de órbita y perderse en el espacio.
Por citar un satélite geoestacionario de los más modernos del mundo está el satélite Nexus de Hispasat, es un satélite geoestacionario de alto rendimiento orientado al mercado de movilidad aérea y marítima, que permitirá también el acceso a Internet de alta calidad en lugares tan remotos como Groenlandia o la selva amazónica. Se trata de un satélite geoestacionario de alto rendimiento que permitirá el acceso a internet de alta velocidad en todo el continente americano, los corredores norte y sur del Atlántico y puntos tan remotos como Groenlandia y la selva amazónica. Está especialmente diseñado para ofrecer conectividad de alta calidad en aviones y barcos y contribuirá de forma eficaz a reducir la brecha digital en América Latina de un modo ágil y eficiente.
Innovación tecnológica
Este nuevo satélite representa un avance tecnológico que refuerza la posición de Hispasat en la vanguardia de la industria satelital y cuenta con un Procesador Digital Transparente (DTP) de última generación. Permite establecer comunicaciones con un solo salto en toda su área de cobertura y le proporciona una flexibilidad máxima que facilitará su adaptación a los cambios que se produzcan en la demanda de servicios a lo largo de sus más de 15 años de vida útil.
Generalidades sobre los satélites
En astronomía, un satélite es un objeto que órbita alrededor de otro objeto de mayor tamaño. Existen dos tipos de satélites: los naturales y los artificiales; con respecto a los primeros, tan solo en nuestro Sistema Solar hay varios, cientos de satélites naturales. Para nosotros, el más conocido es la Luna.
Sobre la atmósfera terrestre orbitan satélites artificiales muy complejos que fueron creados por el ser humano con distintos fines, como:
• Enviar y recibir comunicaciones de uso masivo, como telefonía, televisión o Internet.
• Hacer pronósticos del clima.
• Prestar servicios educativos y de salud en zonas inaccesibles para otras tecnologías más tradicionales.
Sin embargo, cuando nos referimos a los satélites artificiales, estamos hablando de cualquier objeto no natural que está orbitando alrededor de un cuerpo celeste. Estos objetos suelen tener un objetivo específico, como: entender mejor el universo, las comunicaciones, asuntos meteorológicos, teledetección, navegación, reconocimiento, entre otros.
Incluso, algunos satélites han sido lanzados al espacio con fines militares y de investigación científica.
La mayoría de los satélites artificiales se encuentran orbitando alrededor del planeta Tierra. Tienen una gran importancia en el desarrollo de la tecnología humana y, hoy en día, prácticamente no podríamos vivir sin ellos.
Tipos de satélites
Hay varios tipos básicos de satélites artificiales que orbitan sobre la Tierra: satélites geoestacionarios y satélites polares.
• Geoestacionarios: son aquellos que se mueven en dirección este-oeste por encima del Ecuador. Siguen la dirección y velocidad de la rotación de la Tierra.
• Polares: se llaman así porque viajan de un polo a otro, en dirección norte-sur.
Dentro de estos dos tipos básicos, tenemos algunos tipos de satélites que se encargan de observar y detectar las características de la atmósfera, los océanos y las masas de tierra. Son considerados satélites ambientales. Se pueden dividir en algunos tipos, como los geosincrónicos y los heliosincrónicos. Los primeros son aquellos que orbitan alrededor del planeta a la misma velocidad que la rotación terrestre. Los segundos son los cuales pasan cada día a la misma hora sobre un punto determinado del planeta. La mayoría de los satélites que son utilizados en las telecomunicaciones en la predicción del tiempo son geosíncronos.
Los satélites artificiales deben ser puestos en órbita mediante algún tipo de lanzamiento espacial, el cual, una vez alcanzada la región de la atmósfera deseada, abandona al artefacto para siempre. Aunque hay cientos de órbitas posibles, generalmente los satélites se ubican en tres tipos de trayectorias:
• Órbita baja terrestre (Low Earth Orbit): entre los 700 y los 1.400 km de altura, con un período orbital de 80 a 150 minutos.
• Órbita media terrestre (Medium Earth Orbit): entre los 9.000 y los 20.000 km de altura, con un período orbital de 10 a 14 horas.
• Órbita alta terrestre (High Earth Orbit): a una altura de 37.786 km sobre el ecuador terrestre, con un período orbital de 24 horas sobre el mismo lugar del planeta.
Órbita de los satélites geoestacionarios
Hay un punto óptimo sobre la Tierra donde un satélite puede coincidir con la misma rotación de la Tierra. Esta posición especial en la órbita terrestre alta se conoce como órbita geosíncrona. Pero ¿en qué se diferencia esto de una órbita geoestacionaria?
Órbita geosíncrona
A unos 35.786 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, los satélites se encuentran en órbita geoestacionaria. Desde el centro de la Tierra, esto es aproximadamente 42,164 kilómetros. Esta distancia lo coloca en la categoría de órbita terrestre alta.
En cualquier inclinación, una órbita geosíncrona se sincroniza con la rotación de la Tierra. Más concretamente, el tiempo que tarda la Tierra en girar sobre su eje es de 23 horas, 56 minutos y 4,09 segundos, lo mismo que un satélite en una órbita geosincrónica.
Si eres un observador en tierra, verías el satélite como si estuviera en una posición fija sin movimiento.
Esto hace que los satélites geosíncronos sean especialmente útiles para las telecomunicaciones y otras aplicaciones de teledetección.
Órbita geoestacionaria
Si bien los satélites geosincrónicos pueden tener cualquier inclinación, la diferencia clave con la órbita geoestacionaria es el hecho de que se encuentran en el mismo plano que el Ecuador. Las órbitas geoestacionarias caen en la misma categoría que las órbitas geosincrónicas, pero están estacionadas sobre el Ecuador. Esta cualidad especial hace únicas a las órbitas geosincrónicas.
Mientras que la órbita geoestacionaria se encuentra en el mismo plano que el Ecuador, los satélites geosincrónicos tienen una inclinación diferente.
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