El satélite y el derecho a la educación en Honduras

Las TICs están llamadas a enriquecer y transformar la educación tal y como la conocemos. Así lo recalcaba la UNESCO en su Declaración de Qingdao de 2015: “La tecnología brinda  oportunidades sin precedentes de reducir la brecha que existe desde hace mucho tiempo en lo que se refiere al aprendizaje. La aplicación de las TIC es esencial para cumplir nuestros compromisos de no discriminación en la educación, igualdad entre hombres y mujeres, y empoderamiento de estas últimas en favor del desarrollo sostenible. Nos comprometemos a garantizar que todas las niñas y niños tengan acceso a dispositivos digitales conectados y a un entorno de aprendizaje digital adaptado y que responda a sus necesidades de aquí a 2030, sin importar su discapacidad, condición social o económica o ubicación geográfica”.

La pandemia ha hecho mucho más evidente esta brecha digital, pero el resto de problemas no han cesado con la irrupción del Covid-19. A finales de 2020, los huracanes Eta e Iota arrasaron Honduras, uno de los países más pobres de América Latina, con cerca del 60% de sus hogares en condiciones de pobreza, y gran parte de sus escuelas, que ya estaban cerradas desde el pasado mes de marzo, fueron destruidas. En este artículo publicado por AECID se ofrecen datos que reflejan bien la gravedad de la situación. Honduras es un país en el que sólo el 1,9% de la población rural tiene acceso a Internet y en el que antes de la pandemia había ya un tercio de jóvenes descolgados del sistema educativo, por lo que la combinación de la pandemia y los huracanes han tenido un efecto terrible en la educación. En la encuesta de la Asociación para una Sociedad más Justa que menciona el artículo, se habla de que las clases presenciales sólo se mantienen en un 22% de los consultados y que el 73% de las familias encuestadas que no han matriculado a sus hijos este año lo han hecho porque no tienen ingresos suficientes para tener acceso a Internet.

Por ello, HISPASAT, en colaboración con AECID y el Gobierno de Honduras, ha donado a 15 escuelas de Honduras un servicio de conectividad para que los alumnos y los habitantes de las poblaciones en las que se ubican las escuelas tengan acceso a Internet. En el caso concreto de los alumnos, HISPASAT ha puesto a su disposición una solución de aula digital en la que un terminal satelital recibe contenidos educativos y los almacena para que los alumnos puedan descargarlos gracias a la red WiFi desplegada. De este modo, los alumnos pueden dar continuidad a su educación al llevar en sus dispositivos los contenidos escogidos por el profesor para trabajarlos en sus hogares sin necesitar para ello un acceso a Internet propio que sus familias no pueden costear. Este servicio, cuyas características puede ajustarse a las necesidades de cada gobierno o escuela y que podría ampliarse al resto de escuelas del país e incluir otras aplicaciones igual de importantes como la telemedicina, es exportable a cualquier punto de América Latina gracias a la cobertura de los satélites de HISPASAT. Sólo por medio de iniciativas de este tipo podrá reducirse un problema, el de la brecha digital, que está impidiendo un desarrollo igualitario y sostenido de la sociedad rural en la región.