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06 noviembre 2023
Esta necesidad de compartir se deriva del tamaño de las inversiones que se requieren para construir, lanzar y explotar comercialmente un satélite. A esto hay que añadir una cuestión de cobertura. Los satélites no entienden de fronteras. De hecho, los usamos para conectar personas y en este sentido, Hispasat nació como una empresa doméstica y enseguida sentimos la necesidad de tender puentes entre culturas y así lo hizo desde 2001.
Todo esto cobra una especial relevancia porque como explicó Antonio Abad, "vivimos en una sociedad digital y uno de sus pilares es la conectividad. En este panorama, podríamos decir que la conectividad es como la electricidad del siglo XXI."
En este sentido, el satélite juega un papel importante para la conexión de las personas. Es cierto que la fibra y la tecnología celular son buenas soluciones para conectarse en grandes centros urbanos, pero cuando la población se dispersa es más difícil utilizarlas porque el coste del despliegue es elevado. Por este motivo, para una densidad de población por debajo de determinado nivel, es satélite juega un papel fundamental.
En Europa el 98% de la población dispone de conectividad, si bien esto significa que persiste un 2% de población no conectada. En una sociedad digital no podemos dejar a nadie atrás porque le estamos negando el acceso a la teleeducación, a la telemedicina y, en definitiva, a la digitalización.
En Hispasat tenemos un programa de conectividad rural. Estamos ofertando internet de alta velocidad a 35 euros en cualquier punto de España con la ayuda de los fondos Next Generation.
Pero el satélite también es importante para la conectividad de las cosas. Este es un problema más profundo porque en España tenemos un 70% de conectividad territorial, lo que significa que un 30% de los territorios se queda fuera y solo pueden quedar conectados a través del satélite. No podemos dejar que haya territorios que se queden fuera, al margen de la conectividad.
A esto hay que añadir la movilidad. Todo el mundo quiere conectado en todo momento y en todo lugar, pero también le interesa estar conectado a quien está trabajando en pesqueros o en plataformas marítimas.
Tampoco hay que olvidar la importancia del satélite en las emergencias y la seguridad pública. Es un hecho que cuando todas las infraestructuras de comunicaciones fallan en desastres naturales o en situaciones de catástrofe humanitaria, la única capaz de dar respuesta es el satélite.
Por último, la defensa que se ha convertido en el quinto entorno competencial para los ejércitos, después de la tierra, mar y aire hemos añadido el espacio y el espacio exterior. Cada vez más activos espaciales más seguros y protegidos.
Para hacer frente a estas necesidades tenemos dos tipos de infraestructuras. Los satélites geoestacionarios, que nos permiten usar la capacidad de una manera muy eficiente. En este sentido recordó que para dar la capacidad en un territorio como Chile con un sistema global tenemos que dar 600 veces la capacidad que quiero ofrecer.
En cuanto a las constelaciones, explicó la solución europea. "Se está trabajando en un consorcio de empresas para crear una constelación agregando demanda gubernamental y comercial que nos permita mantener la competencia tecnológica en Europa."
Sin olvidar los proyectos relacionados con los nuevos servicios que va a demandar la humanidad, como las nuevas infraestructuras que van a requerir las exploraciones espaciales: las comunicaciones lunares.
A esto hay que añadir las comunicaciones cuánticas, dado que la transmisión de fotones se degrada muy rápidamente en la fibra óptica y sin embargo puede realizarse favorablemente en espacio libre.
Por último, el 5G, que no solo va permitir usar masivamente determinados componentes, sino que va a facilitar la integración de satélites con infraestructuras terrestres y adicionalmente permitirá la conexión directamente al dispositivo haciendo innecesaria el uso de un terminal específico. Tal como nos explica, esta es la revolución.
07 noviembre 2023
Cuando hablamos de desarrollo social hablamos de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y de los países. Nos referimos al acceso a la educación, la asistencia sanitaria y a todas las posibilidades que proporciona la economía digital del siglo XXI. En palabras de Alberto Nadal, director ejecutivo de España en el Banco Interamericano de Desarrollo, "la importancia de la conectividad es como la que tuvieron las carreteras en el pasado¨.